50 sombras de Luis

50 Sombras de Luis

¿Te has leído 50 sombras de Grey? No ¿Te has leído 50 sombras de Grey? No, aún no ¿Te has leído 50 sombras de Grey? ¡Que noooo!¿Te has leído 50 sombras de Grey? ¡Que ya voy!

Debido a la presión social a que me veo sometido, me he leído el librito de marras. En resumen, una niñata estrecha se enamora de un sociópata que sexualmente, hace con ella lo que le da la gana. Muy bonito, muy educativo (había términos que desconocía), y no me ha gustado cómo está escrito. Pero donde yo quiero llegar es que intenté realizar con mi mujer, a modo de sorpresa, algunas de las actividades que el tal Grey
ejecutaba con maestría con la colegiala de la novela Compré unas esposas de segunda mano a un chorizo conocido mío que había estado en el trullo por no se qué asuntos de cheques falsos, adquirí en la ferretería una maroma resistente y un pañuelo de seda rojo. Como no tengo descapotable, dejé de lado el asunto del coche, porque el Scenic no iba a resultar nada libidinoso. Dejo a las niñas con mi cuñada, espero a mi santa esposa en casa con 30 o 40 velas encendidas que conducen hacia nuestro dormitorio, pasando antes por la bañera y que previamente he llenado. Decoro la superficie del agua con unos pétalos de unas flores que mi mujer tiene en el jardín, y vierto un chorrito de aceite esencial de lo que parecen ser almendras.

Escondo las esposas bajo la almohada, junto a la maroma, que ahora veo que es demasiado larga, y coloco el pañuelo encima de la cama.

La oigo entrar

¿Pero qué pasa con la luz? ¡Luis! ¿Se ha ido la luz o qué?

Sube, que he puesto velas.

!Pues las gatas ya se han comido dos!

¡Uy! Si me has preparado un bañito...que cielo eres. ¿De dónde has sacado los pétalos? No, no me lo digas que me voy a cabrear.

¿Y las niñas?

Con tu hermana, te espero aquí.....

Oigo un suspiro de placer cuando se introduce en el baño.

Cuánto lo necesitaba......

Al finalizar, se acerca al dormitorio con aspecto libidinoso.

¿Estás preparada para una sorpresa? Le susurro

Claro......

Pues cierra los ojos.

Con una agilidad y rapidez propias del leopardo, le coloco las esposas.

¿Pero qué estás haciendo?¿Qué es esto?

Calla, ya verás que bien lo vamos a pasar, cariño.

Cojo la maroma y comienzo a atarle los pies, pero aún me sobran siete metros de cuerda, que no sé dónde poner, así que la tiro al suelo.

¿SE PUEDE SABER QUÉ COÑO ESTÁS HACIENDO?

Calla, que es como en el libro......

Con el pañuelo de seda le tapo los ojos con dulzura, con cariño, con amor, mientras le susurro lo mucho que la quiero.

No noté el dolor hasta unos instantes después. Su musculada rodilla impactó contra mis genitales con la fuerza de un meteorito, haciendo que mi voz sonase como la de los pitufos.

Pero cariño, el libro....Logré balbucir.

Me tiró las esposas a la cabeza (¿Y cómo se las ha quitado?), y con la maroma, mientras yo me retorcía de dolor, me ata de forma que no me puedo mover en absoluto.

¿ERES IMBÉCIL O QUE? Se marcha de la habitación, dando un portazo. PERVERTIDO, QUE ERES UN PERVERTIDO. ¡QUÉ LIBRO NI QUÉ...!

P.D- A la autora del libro. ¡Vete a la mierda, mentirosa!